miércoles, 27 de enero de 2010

Modernos pero gorditos

Hay que aplaudir la inciativa de nuestro Señor Presidente Felipe Calderón por el reciente Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria. Es evidente que el principal enemigo a vencer es el que genera la mayor cantidad de muertes en el país; esto tiene que ver con las enfermedades provocadas por la mala calidad de la alimentación y los malos hábitos. La obesidad y el cancer, son lo que mas nos mata a los mexicanos. Se trata de una cosa seria.

En Estados Unidos, hace algunos años, cuando se dieron cuenta que tenían este mismo problema en su país, comenzaron una campaña que promovía el deporte y la actividad física, así como los alimentos light, sin grasas ni azucar. ¿Cuál es el resultado? Por un lado se pusieron de moda este tipo de productos «dietéticos» y por el otro lado, mucho mas obesidad. Hoy hay mas obesidad y sobrepeso en los Estados Unidos que cuando iniciaron su programa. Si no queremos despertar dentro de 10 años con más obesidad de la que tenemos hoy en México, debemos hacer algo diferente a lo que hicieron nuestros vecinos.

Recordemos que estamos ante un problema muy serio (de las principales causas de muerte en México), la obesidad es quince veces mas peligrosa que la inseguridad y el crimen. Otros países han fracasado en sus esfuerzos por resolverlo y hoy, en México, estamos empeorando a pasos agigantados. Algunos dicen que es porque estamos cerca de los Estados Unidos; es un hecho la cercanía, pero pero ésto, por sí solo, no es un factor condicionante. Canadá lleva mas tiempo que nosotros conviviendo con los Estados Unidos a través de un tratado de libre comercio y su índice de obesidad es la mitad que el de México y el de Estados Unidos. Canadá tiene el promedio mundial de obesidad que es el quince porciento, México y Estados Unidos arriba del treinta porciento. Paises como España y Francia, donde el deporte nacional es la comida, tienen una población mas delgada, comparada con nosotros.

Siempre han existido los gorditos en nuestro país, pero antes no eran ni tantos ni tan obesos. Si bien es cierto que la obesidad se triplicó en treinta años, realmente el crecimiento importante se dió de 15 años a la fecha. Yo no creo que la causa de la obesidad sea lo que dice nuestro Señor Presidente: «Vitamina T» (tacos, tortas, tostadas, tlacoyos y tortillas). Ésto lo venimos consumiendo desde siempre y antes no eramos tan gordos. Basta ver algunas fotos de nuestras familias de antes de los noventas, para darnos cuenta que nos parecíamos físicamente mas a los europeos que como hoy en día a los norteamericanos.

A mi me llaman la atención un par de cosas sobre el asunto: ¿Porqué México y Estados Unidos estamos en primer lugar de la tabla de obesidad? ¿Que tenemos en México y en Estados Unidos que no tienen los demás países del mundo? Lo segundo que me parece interesante es: El índice de obesidad en México se duplicó de 1995 a la fecha. ¿Que está pasando hoy en México desde hace unos pocos años que no pasaba antes? ¿Como ha cambiado nuestra dieta y nuestras costumbres de quince años a la fecha?

HORMONAS RECOMBINANTES
Hace precisamente 15 años, se aprobó en los Estados Unidos, un producto novedoso para lograr que las vacas produzcan mas leche. Se trata de una inyección, que se les aplica a las vacas llamada rGBH (Hormona recombinante de crecimiento bovino, rGBH por sus siglas en inglés). Aún y cuando no se ha comprobado que la leche producida por estas vacas contenga suficiente cantidad de hormona como para hacerle daño a la gente, tampoco se ha hecho un estudio serio que compruebe lo contrario. Es un hecho que no solo contiene trazas de dicha hormona, sino que en México y Estados Unidos, donde esta práctica se encuentra permitida, somos mas obesos que el resto del mundo; Canadá, Asia y Europa, donde no está permitido, no lo son tanto.

Las vacas inyectadas con esta hormona, no solo producen más leche, sino que además, se les inflaman e infectan las ubres; a esto se le llama «mastitis»; enfermedad que es tratada con antibióticos. La leche que con tanto orgullo damos a nuestros hijos, porque pensamos que es algo sano, contiene trazas de hormonas, antibióticos y pus (a menos que decidamos darles leche orgánica).

PRODUCTOS PROCESADOS
No es lo mismo comer frutas y verduras frescas que enlatadas. Por ejemplo, un jugo de naranja envasado, no contiene las enzimas ni nutrientes que tiene un jugo de naranja exprimida. Una salsa mexicana enlatada, no es lo mismo que una salsa de molcajete, sin conservadores, elaborada con productos frescos. Sin embargo, ¿quien tiene tiempo hoy en día de exprimir una naranja? Es mucho más fácil y rápido abrir una lata de salsa roja, que ponerse a hacer una salsa de molcajete (y andar probando si le falta sal, chile o si el tomate resultó mas bien demasiado maduro).

PRODUCTOS GENÉTICAMENTE ALTERADOS
A diferencia de hace 15 años, hoy los supermercados prefieren vender frutas y verduras genéticamente modificadas. Esto es por el hecho de que estos productos duran mucho mas tiempo en el anaquél del distribuidor y resultan mas agradables para la vista del consumidor (están mas grandes y perfectas). Para el supermercado es mucho más conveniente poner un jitomate transgénico que dura el doble y no se pudre, que un jitomate natural que, además de que se mayuga más rápido, no es tan vistoso (es mas pequeño y tiene ciertas imperfecciones). ¿Porqué dura más el genéticamente alterado en el anaquel? La respuesta es simple: las bacterias, insectos y gusanos que normalmente las atacan, no lo hacen porque o no los nutre o les da asco. Hoy nuestro tradicional pan y tortillas, están hechos con trigo y maiz genéticamente modificado y por supuesto que tiene diferentes características nutricionales que las que tenían antes de que se comenzara con ésta práctica; estas características son convenientes para el productor y el distribuidor, pero no necesariamente para la salud del consumidor.

CULTURA
Hoy vivimos con prisa, corremos y solo vemos como llenar el buche lo más rápido posible; Fast food porque time is money. Esto explica el porqué preferimos comer comida industrializada y con concervadores, que comida fresca y hecha en casa. Esto es parte de la cultura que estamos absorbiendo de los Estados Unidos, no tiene nada que ver con nuestras costumbres mexicanas y no es para nada sano.

PROPUESTAS
PRIMERA: Debemos darle al consumidor el derecho a estar informado y por lo tanto a escoger lo que come. Para lograrlo, debemos asegurarnos de que todos los productores de comida genéticamente modificada o de comida que contenga hormonas y concervadores en alguna parte de su proceso, lo indiquen claramente. Estos productos deberán llevar una etiqueta que diga claramente algo así como: «Leche proveniente de vacas tratadas con hormonas artificiales» o que diga «Alimento proveniente de semillas genéticamente modificadas», o «Este producto ha sido tratado y contiene concervadodres. Su valor nutricional no es equivalente al de un alimento similar sin envasar».

SEGUNDA: Demos llevar a cabo estudios serios para determinar los factores que han provocado la variación en el índice de obesidad. Para esto, deberemos tomar en cuenta las evidencias que existen sobre los efectos en el mexicano por el uso de hormonas, concervadores, alimentos procesados y genéticamente modificados en nuestra dieta.

TERCERA: También debemos promover y apoyar los cultivos caseros, individuales y particulares así como los ranchos que se dedican a los cultivos y productos orgánicos y tradicionales. Debemos apoyar a que la gente consuma alimentos orgánicos y de paso, recuperar nuestra tradición mexicana.

Todo esto es algo que las empresas como Monsanto, que producen las semillas genéticamente alteradas y que introdujeron la rGBH, jamás van a aceptar y por supuesto, se defenderán a capa y espada. Invertirán, como lo han hecho en otros paises, recursos millonarios en cabildeo, campañas para confundir a la gente y sobornos. Ellos siempre defenderán la productividad y dirán que la gente es gorda por tragona y floja. En Canadá fué muy sonado el caso cuando Monsanto fué multada por un millón y medio de dólares por intento de soborno a sus autoridades de salud; sus productos no fueron autorizados, y hoy no tienen nuestro problema de obesidad.

Es momento ponernos a pensar: ¿A donde vamos? ¿Que pasó con esa costumbre de preparar la comida en casa y darse tiempo para comer en familia? ¿Es mejor producir más para ganar más, aún y cuando ésto afecte la salud de millones de personas?

Yo soy de la idea de rescatar nuestras tradiciones y costumbres mexicanas y de evitar ciertas prácticas exranjeras como lo es el hecho de justificar las cosas solo porque son más eficientes.



2 comentarios:

  1. Cha, como somos en la comida somos en la economía. Un mundo de extremos polarizados
    La pobreza terrible que va de la mano con la riqueza absoluta; la desnutrición con la obesidad; la falta de comida con los problemas de anorexia...
    Los griegos creían que la perfección se obtenía en el "aurea mediocritas" la "dorada medianía", el justo medio, el equilibrio.
    Al parecer en el mundo de hoy este equilibrio (tanto como mundo, como paises y como personas) es más difícil de encontrar que la piedra filosofal.
    El justo medio

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  2. Ok...entiendo. Es como quien dice: "Ni muy muy, ni tan tan".

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