domingo, 8 de mayo de 2011

La Recuperación a través de un símbolo




Cuando los españoles llegaron a México hace mas de quinientos años, mas que a conquistar, yo diría que vinieron a destruir, derrumbar y derrotar toda una cultura. Un pueblo entero, con su forma de ser, sus familias, gobierno, idioma, estructuras, costumbres, economía y religión; todo fue destruido hasta poner a los aztecas de rodillas. Sus construcciones y sus gobernantes, todo lo que era valioso para ellos les fue arrebatado y sus tesoros con plumas preciosas fijadas a los tocados de los emperadores con piedras preciosas fueron robados o desmantelados para quitarles el oro.

Con dolor me imagino el día que llegaron los hombres a sus casas, humillados por la derrota de la batalla, a ver como sus mujeres e hijas habían sido violadas; regresaron a enterrar a sus hijos y hermanos asesinados. No les quedó mas que someterse a aprender otra forma de vida, de esclavitud y pobreza que subsistió casi intacta durante trescientos años.

Durante esos años, se fué formando un nuevo pueblo. Los mexicanos que ya no eran españoles ni aztecas; con una herencia que venía en parte de la forma violenta, religiosa y orgullosa de los españoles pero también de una forma simple y auténtica de los aztecas que vivían en armonía entre ellos y la naturaleza. Surgió el mexicano a partir de la derrota.

Después de esos trescientos años de colonia, vinieron varios esfuerzos para recuperar lo perdido. Primero La Independencia y cien años después, La Revolución. Me pregunto si lo logramos, yo creo que no. Hoy nos reimos de nuestros problemas y de nuestros fracasos; cuando alguien propone algo bueno, sabemos muy dentro que no se puede lograr y cuando se logra, no falta quien lo critica o le mete el pié; parece como si no creyéramos realmente en el éxito. Cuando gritamos “Si se puede!!” es porque muy dentro estamos convencidos de lo contrario. Me cuesta trabajo verlo y me duele aceptarlo; sospecho que somos un pueblo que no ha podido superar su fracaso. No dudo que, aparejado con ese espíritu derrotista con el que desgraciadamente convivimos, donde mucho de lo que somos y hacemos, es visto desde el punto de vista negativo, existe un deseo por rescatar el pasado que nos fue arrancado hace ya casi quinientos años y que no pudimos recuperar con la lucha por la independencia ni en la revolución.

El pueblo mexicano no es el único en la historia que fue conquistado, pero sí de los pocos que se quedó así. Otros pueblos fueron exterminados como varias tribus indígenas en lo que hoy es Canadá y los Estados Unidos. Algunos se recuperaron y salieron adelante como el pueblo judío que después de la segunda guerra mundial; lograron recuperar su tierra y hoy son mas fuertes que nunca.

Un símbolo del fracaso para México es el Penacho de Moctezuma; hoy se encuentra en Viena, en un museo que hoy está cerrado al público. ¿Qué hace en Austria ese símbolo de lo que fue alguna vez el imperio mas importante y poderoso de América? El hecho de que esté allá es un símbolo más de la derrota y de los abusos que vivimos hace quinientos años.

Nuestro país ha hecho varios esfuerzos para recuperar ese tesoro; esfuerzos tanto diplomáticos como a través de organizaciones no gubernamentales. El problema es que, según entiendo, de acuerdo a las leyes de Austria, para que este objeto sea devuelto a petición de México, debería pasar la aprobación de varias instancias, haciéndo la devolución prácticamente imposible. Hoy, finalmente después de todos esos esfuerzos se logró que el gobierno de Austria nos "preste" el penacho por un periodo indefinido.

A mi me gustaría ver que ese momento en que el penacho regrese a nuestro país, nos recuerde a TODOS que tenemos esa dignidad y orgullo de ese pueblo ejemplar que vivió aquí hace mas de quinientos años. Me gustaría ver como ese asunto de la derrota, se vuelve cosa del pasado y como retomamos todos juntos ese camino al desarrollo y crecimiento. Me gustaría ver como todos dejamos de culpar a la situación, al gobierno y a nuestra gente, para asumir juntos la responsabilidad que tenemos de construir el país que todos queremos.

El penacho sería una forma de cerrar el círculo; una forma de recuperar lo que nos fue arrebatado por la fuerza y con lo que hemos cargado durante tantos años. Quisiera ver a México, al recuperar ese símbolo, retomando la fuerza y el orgullo de ser un pueblo ejemplar que vivía en armonía con su territorio, sus costumbres y su gente.